Un local que se las quiere dar de clandestino lo es de verdad si el cliente que nunca ha estado allí no sabe dónde diablos está entrando. Y eso sucede en el -aún demasiado- desconocido Vibra Speakeasy, con un discreto y oscuro acceso contiguo al del Hotel Room Mate Anna. Solo tiene un número, 1920, de neón y un botoncito para llamar y esperar a que te abran…
una sala que retrotrae a los años 20 del siglo pasado y la época de Al Capone y compañía.
Si das la contraseña y el nombre con el que has reservado mesa, bajarás unas estrechas y frías escaleras que parecen llevarte a un parking pero que en realidad te dirigen a una sala que retrotrae a los años 20 del siglo pasado y la época de Al Capone y compañía.
En este ‘speakeasy’ «que vende comida», en palabras del chef, y que tiene una luminosa prolongación en la azotea del hotel, hay que mojar la crujiente y muy pizzera ‘puccia’ (pan típico de la región italiana de Puglia) en un divertido paté de calamares, el tartar de atún que demuestra su apuesta por el buen producto, el clásico salmorejo cordobés que sirven en una coctelera por aquello de que has viajado a los años 20 y la ley seca, el pulpo a la plancha y la presa de vaca, un corte tan poco habitual como este local.
Y maridar todo esto con alguno de los vinos de su bodega, en la que destacan pequeños elaboradores catalanes.



